En la historia del sistema educativo mexicano, las políticas de evaluación tienen un carácter reciente, aproximadamente cuatro décadas. No obstante, la sistematización de los esfuerzos, la mejora de su calidad y la difusión de los resultados son rasgos que solo en la última década se han afianzado a partir de la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Sin duda, el conjunto de evaluaciones del sistema educativo mexicano ha contribuido a su conocimiento y a la toma de decisiones. No obstante, sabemos que para mejorar la calidad del sistema hacen falta diversos acercamientos de evaluación tanto a macroescala, a partir de iniciativas internas y externas al sistema educativo mexicano, como a microescala, a cargo de cada docente y escuela, como es el caso de las evaluaciones promovidas por el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo, IDEA.
¿Qué evalúa IDEA?
- Productos tales como los resultados del aprendizaje
- Procesos como el desarrollo afectivo o metacognitivo de los alumnos
- Programas tales como el resultado de implantar un plan lector o un proyecto de destrezas matemáticas en el centro escolar
- Sistemas o subsistemas educativos
¿A quién evalúa IDEA?
A todos los involucrados en el proceso educativo: alumnos, docentes, directivos, padres de familia y escuelas (de educación preescolar, primaria, secundaria y bachillerato).
IDEA recomienda que tanto los docentes como las autoridades escolares e instituciones educativas lleven a cabo un análisis reflexivo de los resultados que sus evaluaciones reportan, a fin de construir de manera colegiada programas de actualización o capacitación docente, reuniones de sensibilización con padres de familia u otro tipo de estrategias que redunden en la calidad del servicio educativo que ofrecen.
¿Cómo evalúa IDEA?
Con un enfoque cuantitativo, cualitativo o mixto, dependiendo de las características y propósito del fenómeno u objeto a evaluar.

IDEA concibe su tarea de evaluación como una actividad de investigación en sentido estricto, pues entiende que una buena evaluación se distingue por el carácter comprensivo de la conceptualización de la realidad educativa que la sustenta, pero también por otros rasgos, comenzando por el alto nivel técnico de las mediciones en que se base para garantizar su confiabilidad y validez.
IDEA establece, además, que una buena evaluación educativa supone que los referentes que se definen como parámetros para contrastar los resultados de la medición deben ser pertinentes, para que las comparaciones tengan sentido, y que los juicios de valor resultantes deben ser mesurados, evitando ir más allá de lo que permita la información disponible.